Karla María Estrella perdió la batalla legal en México, tras ser denunciada por presunta violencia política de género por la diputada federal Diana Karina Barreras, esposa del también diputado federal y presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna.
El matrimonio de expanistas que lo fueron en la época de Guillermo Padrés como gobernador de Sonora, mutó ideológicamente a la izquierda, él en MORENA y ella en el PT.
Registran un notable crecimiento en sus carreras políticas, a tal grado que él ya fue considerado en algún momento un serio aspirante de su partido a la gubernatura de Veracruz, su estado natal.
El resto de esa historia ya se conoce: es la morenista Rocío Nahle quien ganó la candidatura y la respectiva elección constitucional.
Pero a Sergio no le va nada mal, porque presidente la Cámara Baja, es pues una de las figuras más influyentes del morenismo actual, aunque no alcanza aún los niveles de personajes como Ricardo, Monreal.
Ella tiene carrera dentro del PAN, fue regidora en el Ayuntamiento de Hermosillo y en su momento dio el voto que le hacía falta al entonces alcalde Manuel Ignacio Acosta (del PRI) para concesionar a una empresa privada el servicio de alumbrado público de la capital del estado.
Algunos la llamaron y la siguen llamando traidora por eso, aunque al final ella ejerció su facultad y votó como lo consideró correcto.
Hoy se le menciona como aspirante a la alcaldía, pero no tengo la menor idea de si será considerada por quienes tomen esa decisión.
En fin, que aunque la señora Estrella borró el tuit que le causó tanto malestar a la hoy diputada, ella decidió seguir con su demanda hasta las últimas consecuencias.
Hubo otro actor público, incluso más notorio de Karla María porque es comunicador, que también había sido demandado al principio, pero corrió con mejor suerte porque la demanda fue retirada.
Desconocemos cuales hayan sido los criterios para seguir con una demanda y no con ambas.
En redes, que fue donde inició todo esto, el debate definitivamente lo ha perdido la pareja de diputados federales.
Vaya usted a saber si esto tendrá consecuencias en las aspiraciones políticas de ella o de él.
Al tiempo.
Lo cierto es que en nuestro país hay una larga historia de nepotismo perfectamente documentado en medios de comunicación e incluso por importantes líderes de la oposición que durante décadas se dedicaron a denunciar esa práctica.
Presidentes de la República, gobernadores, alcaldes, legisladores locales y federales a lo largo de la historia se han dedicado a colocar a sus parejas o miembros de su familia en puestos públicos.
Por eso, mucha gente puede creer que este es uno de esos casos, aunque para afirmarlo se necesita presentar una serie de pruebas contundentes, que no deberán dejar la menor duda.
Y a estas alturas, eso difícilmente sucederá.
Las dudas son razonables porque México tiene antecedentes suficientes de nepotismo.
Eso nada más sirve para el debate, tratándose de dos servidores públicos que, aunque no les guste, deben estar sometidos al escrutinio público.
Afirmarlo es otra cosa porque para ello se necesitan pruebas y no parece que alguien las tenga.
Mientras tanto, la ciudadana Karla Estrella anuncia que recurrirá a tribunales internacionales, tras el fallo que la condena a pagar una multa, ofrecer disculpar, llevar cursos y algunas otras cosas.
Esto escaló demasiado.