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Ciencia, tecnología e innovación 2050

por Staff Sergio Valle

Por Germán Lohr

La ciencia, tecnología e innovación seguirán siendo palabras claves para el México de las tres próximas décadas ya que son motores poderosos para el desarrollo económico.

Los cambios científicos y tecnológicos llegaron rápido en los últimos decenios en todos y cada uno de los espacios de la vida cotidiana ya sea la casa, la escuela, la empresa, el gobierno, no se diga en la educación y la salud, incluidos el ocio y el tiempo libre.

En México contamos, bueno no siempre- como el caso actual del CIDE- con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología –Conacyt-, que desde 1971 ha encabezado las funciones de investigar, difundir y utilizar la ciencia y la tecnología a favor del país a través de varios instrumentos.

Destaco las becas, los posgrados, las cátedras, las alianzas y redes de investigadores al igual que los recursos públicos aún insuficientes en distintos programas y proyectos.

Y lo comento de esta manera ya que el recurso invertido en el país en este rubro es menor al 1% del PIB nacional uno de los más bajos de la OCDE que en promedio gasta más del doble e incluso el triple para beneficio de la ciencia y la tecnología.

A lo largo de varios decenios, queda claro que el gobierno ha sido el principal aportador de recursos y se necesita más claro ni el lodo mayor participación privada para generar valor agregado que nos permita crecer a tasas del 5% del PIB en las décadas que vienen.

Por supuesto que el sendero a seguir requiere cambios de fondo en materia de políticas públicas que involucren a varios actores o hélices como se acostumbra llamar en estos menesteres al gobierno, los privados, las universidades y renglones estratégicos de centros de investigación.

En consecuencia, hay varios giros económicos que impulsar de aquí a 2050, cuyas fortalezas y capacidad competitiva nos permitan generar negocios incrementales de alto valor añadido en divisas y empleos bien pagados.

Es una condición necesaria el invertir sin regateos más recursos públicos y privados tanto en ciencia como en tecnología e innovación ya que existe una correlación directa y positiva para abrir nuevos mercados y oportunidades.

Por sentado creo que hay que trabajar en compromisos concretos y mezcla de recursos priorizando la reinversión y el presupuesto multianual con metas claras en cuanto a producción, productividad y competitividad.

Hay que insistir en estimular el clima de colaboración y la cooperación entre empresas y universidades con organismos públicos ligados a prioridades nacionales.

Existen razones que justifican además la aportación de recursos fiscales para la construcción de ventajas competitivas en sectores claves y eliminar el riesgo país.

La innovación por ejemplo requiere el concurso de varios actores sociales, no solo de las instituciones de educación superior y el gobierno, sino de los organismos financieros y las empresas.

Necesitamos ser autocríticos y responder como se están gastando los recursos actuales y que mejoras deberán realizarse para potenciar mejor la mezcla de recursos.

Habrá que realizar rediseños de objetivos y metas y evaluar mejor donde aplicar los dineros si en tareas sustantivas o en formación de capacidades humanas considerando el valor añadido que aporten.

Vaya que hay mucho por hacer en este rubro de la ciencia y la tecnología e Innovación ojalá más pronto que después organismos como el Conacyt deje de ponerle piedras en el camino a este rubro clave para el desarrollo del México que nos merecemos.

He dixi.

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