Por Germán Lohr
Revisando información en medios me topé con un análisis de coyuntura y prospectiva de los casi cuatro años de gobierno de la 4T donde salen a relucir las promesas de campaña del Presidente y los hechos o resultados.
Hagamos un ejercicio de memoria, erradicar la corrupción y acabar con la violencia fue una de las promesas que hizo ganar a la administración gubernamental actual. Otra lo fue el reducir la pobreza y desigualdad y salir del estancamiento económico.
Una más regresar al Ejército a los cuarteles, pero no a los carteles dicen de choteo analistas como Jorge Castañeda en reciente visita a Hermosillo. Ninguna presenta a la fecha resultados favorables. Nada que presumir.
Casi todas quedaran para el anecdotario como agua de borrajas diluidas y ahí están los números oficiales del Inegi y del Coneval o de organismos como Transparencia Internacional para corroborarlo.
Estancamiento económico ahora con mayor inflación interna y de fuera, ambiente internacional difícil con amenazas de recesión o estancamiento con inflación, aun no se sabe es el escenario más realista para el cierre del sexenio.
Agreguemos al coctel señales poco clara en las reglas del juego para quienes desean invertir en el país sea en infraestructura o energías limpias o nuevos encadenamientos productivos con claroscuros en el T-MEC.
Y para desgracia, nuestra la pandemia de Covid-19 con sus secuelas que vino a impactar al alza el número de pobres junto con mayor informalidad en el mercado laboral cercana a 60% con 80% de los trabajadores ganando entre dos y tres mínimos de poca ayuda para el mercado interno.
Número de homicidios que superan a junio los 125 mil y control territorial a manos del narco a pesar de la guardia nacional y sus voluminosos presupuestos. Corrupción mayor ni se diga con cifras también al alza y una impunidad de 98% imbatible.
Vaya escenario para las elecciones del 2024, sin grandes ofertas creíbles de los partidos políticos aunado al desprestigio de la clase política y la burocracia.
Con esto quiero decir que vamos rumbo a una elección cuyo padrón electoral supera los 93 millones de electores en el que se estima votara por lo menos 50% con nada para nadie.
Obviamente, la aduana del Estado de México y Coahuila arrojarán nuevas luces y no hay que perder de vista dichos resultados en el 2023 que servirán para valorar lo que se viene.
De ahí que lo interesante será como se construye la nueva agenda nacional y desde ahora los famosos FODA o sea los estudios de fortalezas si las hay al igual que las múltiples debilidades, oportunidades y amenazas de todos y cada uno de los participantes saldrán a la luz.
Ahora así habrá caldo en las fondas como diría el alazán tostado, Gonzalo N Santos no se diga el escenario del exterior que esté vigente en esas fechas que decíamos líneas arriba no será nada fácil.
Por último, al no haber nada nuevo bajo el sol seguiremos en la temática recurrente por los siglos de los siglos de paz, seguridad, crecimiento económico, desarrollo social inclusivo.
No se diga de salud universal, educación para todos, federalismo fiscal y municipios, energía sostenible, infraestructura competitiva con transparencia y rendición de cuentas.
Vaya que no se inventa cada 6 años el país dirán la mayoría, pero ya va siendo hora de poner orden y seriedad en esta agenda de no ser así seguiremos atorados y lejos de las oportunidades del mundo de hoy.
He dixi.
