Tras la imputación de Los Alegres del Barranco por parte de la Fiscalía de Jalisco, acusados de apología del delito por mostrar imágenes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en un concierto, la presidenta Claudia Sheinbaum aclaró que fue una decisión estatal, pero insistió en que la solución no es prohibir la música que glorifica la violencia, sino educar para que la sociedad, especialmente los jóvenes, opte por otras alternativas.
“Mi posición es que no debe prohibirse sino promover otra música. Porque a veces la prohibición, aunque muchos municipios y estados lo han hecho, cuando no se explica de qué se trata, etcétera, pues siempre puede ser algo no necesariamente posible (…) más que prohibir es educar, orientar y que la misma gente y los mismos jóvenes vayan dejando de escuchar esa música”, afirmó durante su conferencia matutina.
Sheinbaum subrayó la importancia de la educación sobre la prohibición: “Hay estados que consideran que no, que hay que prohibirse. Y hay varios estados que lo han prohibido. Entonces, pues está este debate (…) en la sociedad se discute si debe prohibirse, si no debe prohibirse, cuál es el impacto, si la gente considera que en las familias genera un impacto, si en los jóvenes genera un impacto”.
Al ser cuestionada sobre si el caso de Los Alegres del Barranco podría servir de ejemplo, respondió: “Pero es una decisión del Estado de Jalisco. Por eso digo que es mejor la educación, la orientación porque la prohibición, igual le dan la vuelta… el corrido tumbado no es malo es una forma musical novedosa, innovadora, que se ha generado por los jóvenes. El problema son las letras”.
La presidenta propuso fomentar corridos tumbados con temáticas positivas: “Entonces ,si hay un corrido tumbado que tiene otra letra, que tiene que ver con el amor, el desamor, la vida, la naturaleza, la paz, cualquier otra cosa que no sea apología de la violencia y del consumo de las drogas, pues es mejor y que los jóvenes por sí mismos vean mejor esa música que la otra”.
Extendió su reflexión a otros ámbitos, como los videojuegos violentos: “No es un asunto de prohibición. Es también los videojuegos, que tienen que ver también con pues estar jugando a matar a una persona, pues ¿Qué es eso? Entonces es mejor generar otras formas de diversión, de música, y que sean adoptadas por la sociedad en su conjunto”, concluyó, abogando por un cambio cultural impulsado por la educación y la creatividad.